Constituciones de los Santos Apóstoles Libro V

Cuando seamos perseguidos, no lo pensemos extraño; no amemos el mundo presente, ni las alabanzas que vienen de los hombres, ni la gloria y el honor de los gobernantes, como algunos de los judíos se maravillaron de las maravillas de nuestro Señor, pero no creyeron en él, por temor a la sumos sacerdotes y el resto de los gobernantes: "Porque amaban más la alabanza de los hombres que la alabanza de Dios"[14].

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