Epístola de Ignacio a los Tarsianos

¿Qué hombre podría jamás decir: "Bajé del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió?"[25]

Tertuliano sobre la resurrección de la carne

Tienes (entonces) la restauración de todo el hombre, en la medida en que el Señor se propone salvar la parte de él que perece, mientras que él, por supuesto, no perderá la parte que no se puede perder, ¿Quién dudará más de la seguridad de ambos? naturalezas, cuando una de ellas es para alcanzar la salvación, y la otra para no perderla? Y, además, el Señor nos explica el sentido de la cosa cuando dice: "No he venido a hacer mi voluntad, sino la del Padre que me ha enviado"[225].

Tertuliano contra Práxeas

Y no es su voluntad, sino la del Padre, la que Él ha cumplido,[87]

Tertuliano sobre la oración

la voluntad del Padre;[27]

Tratado de Cipriano II Sobre el vestido de las vírgenes

Por lo tanto, las cosas eternas y divinas deben seguirse, y todas las cosas deben hacerse según la voluntad de Dios, para que podamos seguir los divinos pasos y las enseñanzas de nuestro Señor, quien nos amonestó y dijo: "Descendí del cielo, no hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”[22].

Tratado de Cipriano IV Sobre el Padrenuestro

Y en otro lugar dice: "Bajé del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió"[39].

Tratado Cipriano XII Tres Libros de Testimonios Contra los Judíos

En el Evangelio de Juan: "No he bajado del cielo para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió"[504].

Tratado de Novaciano sobre la Trinidad

¿O cuando lee: "No bajé del cielo para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió?"[201]

Arquelao Actas de la Disputa con el Heresiarca Manes

y. "No vine a hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió"[567].

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