Tertuliano contra Práxeas

otra vez: "Si me honro a mí mismo, mi honor es nada: es mi Padre el que me honra, de quien decís que Él es vuestro Dios: sin embargo, vosotros no le habéis conocido, pero yo le conozco; y si dijere: Yo no le conozco, seré mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra”[291].

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Antiguo Testamento