Escorpio de Tertuliano "¿Cómo hablaría Cristo, sino de acuerdo con el trato al que sería sometido el cristiano? Pero cuando prohíbe pensar qué respuesta dar en un tribunal,[74]

Epístola Cipriana VIII "Cuando ellos", dice Él, "os entreguen, no os preocupéis de lo que habéis de hablar; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros”[5].

Epístola de Cipriano LIII

Porque el Señor dice en Su Evangelio: "Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que habéis de hablar, porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.”[6]

Epístola de Cipriano LV

El poder incorrupto e invicto del Espíritu Santo brotó de su boca, de modo que las palabras que el Señor pronunció en Su Evangelio se ven como verdaderas: "Pero cuando os agarren, no os preocupéis por lo que vais a decir; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar, porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros”[13].

Epístola de Cipriano LXXVI

Porque es obra suya que vencemos, y que alcanzamos sometiendo al adversario a la palma de la mayor contienda, declara y enseña el Señor en su Evangelio, diciendo: Mas cuando os entreguen, no os preocupéis cómo o qué habéis de hablar; porque en aquella misma hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.”[11]

Epístola de Cipriano LXXXII

Porque todo lo que, en ese momento de la confesión, habla el confesor-obispo, lo habla en boca de todos, por inspiración de Dios[3].

Tratado de Cipriano XI Exhortación al martirio dirigida a Fortunato

Porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros”[79].

Tratado Cipriano XII Tres Libros de Testimonios Contra los Judíos

También en el mismo lugar: "Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que habéis de hablar, porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros"[480].

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