Clemente de Alejandría Stromata Libro III

Ac Valentiniani quidem, qui desuper ex divinis emitibus deduxere conjugationes, acceptum habent matrimonium: Basilidis autem sectatores, "Cum interrogassent, inquiunt, apostoli, nun sit melius uxorem non ducere, dicunt respondisse Dominum: `Non omnes capiunt verbum hoc, Bunt enim eunuchi alii un nativitate, alii vero un necesitado.'"[2]

Clemente de Alejandría Stromata Libro III

Qui autem regni sempiterni gratia seipsos castrarunt, id ad declinandas, inquiunt, conjugii molestias fecerunt, quod procurandae rei familiaris onus ac sollicitudinem timerent. Et illud: `Melius est nubere quam uri,'[3]

Clemente de Alejandría Stromata Libro III

Illud autem: "Non omnes capiunt verbum hoc: sunt enim eunuchi, qui sic nati sunt; et sunt eunuchi, qui castrati sunt ab hominibus; et sunt eunuchi, qui seipsos castrarunt propier regnum coelorum. Qui potest capere, capiat"[65]

Epístola de Cipriano LXI

Estrecho y angosto es el camino por el cual entramos en la vida, pero excelente y grande es la recompensa cuando entramos en la gloria. Que los que una vez se hicieron eunucos por el reino de los cielos[13]

Tratado de Cipriano II Sobre el vestido de las vírgenes

Porque hay algunos eunucos, que nacieron así del vientre de su madre; y hay algunos eunucos, que fueron hechos eunucos por los hombres; y hay eunucos que se han hecho eunucos a sí mismos por causa del reino de los cielos”[13].

Tratado Cipriano XII Tres Libros de Testimonios Contra los Judíos

De esto mismo en el Evangelio según Mateo: "No todos reciben la palabra, sino aquellos a quienes es dada; porque hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que han sido constreñidos por los hombres, y hay eunucos que se han hecho eunucos a sí mismos por el reino de los cielos. El que pueda recibirlo, que lo reciba»[572].

Arquelao Actas de la Disputa con el Heresiarca Manes

No todos reciben la palabra de Dios, sino sólo aquellos a quienes les es dado conocer los misterios del reino de los cielos[203].

Discurso de Metodio XI. Areté

Porque muchos que pensaban que reprimir los deseos lascivos vehementes constituía castidad, descuidando otros deberes relacionados con ella, fracasaron también en esto, y han acarreado reproches[2].

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