Epístola de Policarpo a los Filipenses

y perseverando en el ayuno; suplicando en nuestras súplicas al Dios que todo lo ve "que no nos deje caer en tentación"[46]

Tertuliano de Fuga en Persecutione

propio poder! Pero en la oración que nos ha sido prescrita, cuando decimos a nuestro Padre: "No nos dejes caer en tentación"[8]

Epístola canónica de Pedro de Alejandría

y de nuevo en su oración, dice a su Padre, "y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal"[24].

Didaché

(o mal); porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos.[84]

Homilía Clementina XIX

También, en la oración que Él nos entregó, tenemos dicho, 'Líbralo del maligno'[9].

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Antiguo Testamento