La palabra de Dios fue dicha a través de Su Hijo -- Hebreos 1:1-3 : Una gran diferencia entre la ley y el evangelio tiene que ver con la forma de su revelación. La revelación de Dios de la ley fue en tiempos diferentes. La revelación de Dios fue dada antes del diluvio a Adán, Enoc, Noé y otros. Después del diluvio Su revelación fue dada a Abraham, Jacob, Moisés y los profetas.

Dios no solo comunicó la ley en diferentes momentos sino también de diferentes o diversas maneras. A veces comunicó Su voluntad por medio de visiones, a veces con una voz audible, a veces con caracteres legibles escritos por Su propia mano, como cuando escribió los Diez Mandamientos en tablas de piedra, a veces con Urim y Tumim, y a veces con señales del cielo.

En los últimos días, Dios dio una revelación perfecta y también final de Su mente para un mundo perdido. Esta revelación fue dada a través de Su Hijo. Él: "En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, por quien asimismo hizo el mundo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su persona, y sustentador todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo hecho la limpieza de nuestros pecados por sí mismo, sentándose a la diestra de la Majestad en las alturas”. ( Hebreos 1:2-3 )

El Nuevo Testamento es la revelación que Dios hizo por medio de su Hijo. Él es el mensajero más excelente que jamás haya sido enviado al mundo, muy superior a todos los patriarcas, profetas y ángeles. La superioridad de Jesús se ve en el hecho de que: (1) Dios lo nombró heredero de todas las cosas. (2) Por él Dios hizo los mundos, tanto visibles como invisibles, los cielos y la tierra. (3) Él sostiene todas las cosas con la palabra de Su poder.

Él evita que el mundo se disuelva. Está escrito de Jesús que, "Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten". ( Colosenses 1:17 )

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