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Los escribas y fariseos

Mateo veintitrés

La ira de ese hombre manso y humilde de Galilea ardió cuando pronunció "AYES" contra los escribas y fariseos. Estos son los líderes que estaban a cargo de enseñar a la gente la ley de Moisés. Nadie debería haber estado más cerca de Dios que ellos. Sin embargo, Jesús se refirió a ellos como "hipócritas". Tanto la ira como la compasión de Jesús se describen en Mateo veintitrés. Su compasión fue vista mientras lloraba por la ciudad de Jerusalén que había sido afectada tan adversamente por estos pretendientes de religión. Estos fariseos, con todas sus normas, habían hecho de la religión judía una carga imposible.

Jesús quería que sus discípulos fueran advertidos acerca de estos fariseos y maestros de la ley. Su hipocresía había hecho que muchos incrédulos se endurecieran. Jesús lamentó que estos incrédulos no tengan esperanza de estar en Su reino celestial. Pronunció varios ayes sobre estas personas que identificó como "escribas y fariseos, hipócritas". Se lamentó profundamente por la incredulidad que observó en Jerusalén. Quería reunirlos y salvarlos, pero se negaron. Se entristeció porque sabía que su casa les sería dejada desierta. Estaban renunciando a la esperanza de la salvación eterna.

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