¿Qué hombre es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?

Esta pregunta delata el estrecho fanatismo de estos funcionarios. No preguntan: "¿Quién te sanó?" pero se limitan a la acusación de quebrantar el sábado. No les importa que el hombre esté sano, y preferirían mucho más que estuviera acostado en su lecho, enfermo e incapaz de moverse, a que lo cargara en sábado.

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