Esdras bendijo al Señor.... el pueblo respondió: Amén.

La descripción de la devoción solemne antes de dedicarse al estudio sagrado, está llena de interés. Primero, Ezra pidió la bendición divina. El pueblo no se sentó en silencio, sino que respondió: "Amén, Amén", levantando las manos en súplica. En el culto hebreo el pueblo tomaba parte activa, por respuesta. No era costumbre que uno rezara y los demás callaran como piedras. Tampoco era la costumbre de los primeros cristianos, como sabemos de la carta de Pablo a los Corintios. Quienes se unen a la oración deben hacer suya la oración mediante una respuesta audible a sus peticiones. Incluso "los ignorantes" pueden decir "Amén", cuando la persona que ora no usa una lengua desconocida.

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Nuevo Testamento