ἐφυσιώθησάν τινες. Véase la nota a continuación, cap. 1 Corintios 5:2 . Como muestra toda la Segunda Epístola a los Corintios (ver, por ejemplo, cap. 1 Corintios 10:2 ), hubo quienes en Corinto despreciaron la autoridad de San Pablo.

Tales personas se convencieron a sí mismas de que habían socavado tanto su reputación que no se atrevería a volver a Corinto, y en consecuencia se volvieron más engreídas. Pero aunque San Pablo se sometió al desprecio y al insulto de fuera, exige de los de dentro el respeto debido a su oficio. Llevó el oprobio del incrédulo y escarnecedor; entre su propio pueblo actúa según el precepto: 'Nadie te menosprecie.

Paley comenta sobre la coincidencia no intencionada entre este pasaje y 2 Corintios 1:15-17 ; 2 Corintios 2:1 . Parece que había cierta incertidumbre sobre la visita del Apóstol. Fue esto lo que había llevado a algunos de sus oponentes a afirmar que nunca volvería a mostrar su rostro en Corinto.

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