DISCURSO DE SAN PABLO EN ATENAS

Tomando nota de la extremada escrupulosidad religiosa que había llevado a los atenienses a levantar un altar a un Dios desconocido, el Apóstol les declara al Dios único al que debían adorar, y al que aún no conocían. Este Dios era el Hacedor y Conservador de todas las cosas, y el Padre de todos los hombres, y deseaba llevar a todos al conocimiento de Sí mismo. Los poetas atenienses habían hablado de esta Paternidad de Dios.

Tal Dios no está adecuadamente representado por imágenes esculpidas, y Él haría que los hombres cesaran de tal adoración ignorante, porque Él será el Juez así como el Padre de los hombres, y ha dado prueba de la realidad del juicio y del mundo a venido por la resurrección de Jesucristo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento