Comentario de Catena Aurea
Juan 3:4-8
Ver. 4. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Podrá entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5. Respondió Jesús: De cierto, de cierto os digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu es espíritu. 7. No te maravilles de que te haya dicho: Tienes que nacer de nuevo. 8. El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no puedes decir de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
CHRYS. Nicodemo, viniendo a Jesús, como a un hombre, se sobresalta al aprender cosas mayores de las que el hombre podría expresar, cosas demasiado elevadas para él. Su mente está entenebrecida, y no se mantiene firme, sino que tambalea como quien está a punto de apartarse de la fe. Por lo tanto, objeta la doctrina como imposible, a fin de invocar una explicación más completa. Hay dos cosas que le asombran, tal nacimiento y tal reino; de los que aún no se ha oído hablar entre los judíos. Primero insta a la primera dificultad, como la mayor maravilla. Nicodemo, le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Podrá entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
BED. La pregunta planteada suena como si un niño pudiera entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer. Pero Nicodemo, debemos recordar, era un anciano, y tomó su ejemplo de sí mismo; como si dijera: Soy un anciano, y busco mi salvación; ¿Cómo puedo entrar de nuevo en el vientre de mi madre y nacer?
CHRYS. Le llamáis Rabí, y decís que viene de Dios, y sin embargo no recibís Sus dichos, sino que utilizáis para vuestro maestro una palabra que trae una confusión sin fin; porque ese cómo, es la pregunta de un hombre que no tiene una creencia fuerte; y muchos de los que así han preguntado, han caído de la fe; algunos preguntan, ¿cómo se encarnó Dios? otros, ¿cómo nació? Nicodemo aquí pregunta desde la ansiedad. Pero observen cuando un hombre confía las cosas espirituales a sus propios razonamientos, cuán ridículamente habla.
AGO. Es el Espíritu el que habla, mientras que carnalmente entiende; no conoció ningún nacimiento excepto uno, el de Adán y Eva; de Dios y de la Iglesia no conoce a ninguno. Pero, ¿entiendes tú el nacimiento del Espíritu, como Nicodemo entendió el nacimiento de la carne; porque así como no se puede repetir la entrada en la matriz, tampoco se puede repetir el bautismo.
CHRYS. Mientras Nicodemo tropieza, insistiendo en nuestro nacimiento aquí, Cristo revela más claramente la forma de nuestro nacimiento espiritual; Respondió Jesús: De cierto, de cierto os digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
AGO. Como si dijera: Me entiendes que hablo de un nacimiento carnal; pero el hombre debe nacer del agua y del Espíritu, si ha de entrar en el reino de Dios. Si para obtener la herencia temporal de su padre humano, el hombre debe nacer del vientre de su madre; para obtener la herencia eterna de su Padre celestial, debe nacer del seno de la Iglesia. Y puesto que el hombre consta de dos partes, cuerpo y alma, el modo incluso de este último nacimiento es doble; regar la parte visible limpiando el cuerpo; el Espíritu por Su cooperación invisible, cambiando el alma invisible.
CHRYS. Si alguien pregunta cómo nace un hombre del agua, yo pregunto a cambio cómo nació Adán de la tierra. Porque así como en el principio, aunque el elemento de la tierra era el tema, el hombre era la obra del modelador; así también ahora, aunque el elemento del agua es el tema, toda la obra es hecha por el Espíritu de gracia. Luego dio el Paraíso por un lugar para morar; ahora nos ha abierto el cielo.
Pero ¿qué necesidad hay de agua para los que reciben el Espíritu Santo? Lleva a cabo los símbolos divinos de la sepultura, la mortificación, la resurrección y la vida. Pues por la inmersión de nuestras cabezas en el agua, el hombre viejo desaparece y es enterrado como en un sepulcro, de donde asciende como un hombre nuevo. Así debéis aprender, que la virtud del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, llena todas las cosas.
Por lo cual también Cristo estuvo tres días en el sepulcro antes de su resurrección. Entonces, lo que la matriz es para la descendencia, lo es el agua para el creyente; es modelado y formado en el agua. Pero lo que se forma en el vientre necesita tiempo; mientras que el agua todo se hace en un instante. Porque la naturaleza del cuerpo es tal que requiere tiempo para completarse; pero las creaciones espirituales son perfectas desde el principio. Desde que nuestro Señor subió del Jordán, el agua ya no produce reptiles, es decir, almas vivientes; sino almas racionales y dotadas del Espíritu.
AGO. Porque El no dice, El que no naciere de nuevo del agua y del Espíritu, no tendrá salvación, o vida eterna; mas, no entrará en el reino de Dios; de esto algunos infieren que los niños deben ser bautizados para estar con Cristo en el reino de Dios, donde no estarían si no fueran bautizados; sino que obtendrán la salvación y la vida eterna aunque mueran sin el bautismo, no estando atados con ninguna cadena de pecado. Pero, ¿por qué un hombre nace de nuevo, excepto para ser cambiado de su estado anterior a uno nuevo? ¿O por qué la imagen de Dios no entra en el reino de Dios, si no es a causa del pecado?
HAYMO. Pero no pudiendo Nicodemo asimilar tan grandes y profundos misterios, nuestro Señor le ayuda con la analogía de nuestro nacimiento carnal, diciendo: Lo que nace de la carne, carne es, y lo que nace del Espíritu, espíritu es. Porque así como la carne engendra carne, así también el espíritu, espíritu.
CHRYS No busquéis, pues, ninguna producción material, ni penséis que el Espíritu engendra la carne; porque aun la carne del Señor no es engendrada solamente por el Espíritu, sino también por la carne. Lo que nace del Espíritu es espiritual. El nacimiento del que aquí se habla no tiene lugar según nuestra sustancia, sino según el honor y la gracia. Pero el nacimiento del Hijo de Dios es diferente; porque si no, ¿qué hubiera sido Él más que todos los que nacen de nuevo? Y se probaría que era demasiado inferior al Espíritu, ya que su nacimiento sería por la gracia del Espíritu.
¿Cómo difiere esto de la doctrina judía? - Pero marca a continuación la parte del Espíritu Santo, en la obra divina. Porque mientras que arriba se dice que algunos son nacidos de Dios, aquí encontramos que el Espíritu los genera. - El asombro de Nicodemo despertado de nuevo por las palabras, El que nace del Espíritu es espíritu, Cristo lo encuentra de nuevo con un ejemplo de la naturaleza; No te maravilles de que te dije: Tienes que nacer de nuevo.
La expresión, No te maravilles, muestra que Nicodemo estaba sorprendido por Su doctrina. Él toma por este ejemplo algo, no de la grosería de otras cosas corporales, pero aún alejado de la naturaleza incorpórea, el viento; El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va: así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Es decir, si nadie puede impedir que el viento vaya por donde quiere; mucho menos pueden las leyes de la naturaleza, ya sea la condición de nuestro nacimiento natural, o cualquier otra, restringir la acción del Espíritu.
Que Él habla del viento aquí es claro, de Su salvación, Oyes el sonido del mismo, es decir, su ruido cuando golpea los objetos. Al hablar con una persona incrédula e ignorante, no describiría así la acción del Espíritu. Él dice, Sopla donde quiere; no significa ningún poder de elección en el viento, sino solo sus movimientos naturales, en su poder incontrolado. Pero no puede decir de dónde viene ni adónde va; i.
mi. Si no puedes explicar la acción de este viento que llega bajo el conocimiento tanto de tu sentimiento como de tu oído, ¿por qué examinar la operación del Espíritu Divino? Y añade: Así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
AGO. Pero, ¿quién de nosotros no ve, por ejemplo, que el viento del sur sopla de sur a norte, otro viento del este, otro viento del oeste? ¿Y cómo, pues, no sabemos de dónde viene el viento y hacia dónde va?
BED. Es el Espíritu Santo, por lo tanto, Quien sopla donde Él quiere. Está en Su propio poder elegir, cuyo corazón visitar en Su gracia esclarecedora. Y oyes su sonido. Cuando uno lleno del Espíritu Santo está presente contigo y te habla.
AGO. Suena el Salmo, suena el Evangelio, suena la Palabra Divina; es el sonido del Espíritu. Esto significa que el Espíritu Santo está invisiblemente presente en la Palabra y el Sacramento, para realizar nuestro nacimiento.
ALCUINO. Por tanto, no sabes de dónde viene ni adónde va; porque, aunque el Espíritu poseyera a una persona en vuestra presencia en un tiempo determinado, no se podía ver cómo entraba en él, ni cómo se iba de nuevo, porque es invisible.
HAYMO. O bien, no puedes decir de dónde viene; es decir, no sabéis cómo lleva a los creyentes a la fe; o hacia dónde va, es decir, cómo dirige a los fieles a su esperanza. Y así es todo aquel que es nacido del Espíritu; como si dijera: El Espíritu Santo es un Espíritu invisible; y de la misma manera, todo el que nace del Espíritu nace invisiblemente.
AGO. O así: Si sois nacidos del Espíritu, seréis tales, que el que aún no ha nacido del Espíritu, no sabrá de dónde venís, ni adónde vais. Porque se sigue: Así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
TEOFILO. Esto refuta completamente a Macedonio, el impugnador del Espíritu, quien afirmó que el Espíritu Santo era un siervo. El Espíritu Santo, encontramos, obra por Su propio poder, donde Él quiere, y lo que Él quiere.