Ver 47. Y mi espíritu se regocijó en Dios mi Salvador.

ALBAHACA; La primicia del Espíritu es paz y gozo. Porque entonces la Santísima Virgen había bebido de todas las gracias del Espíritu, añade con razón: Y mi espíritu ha saltado de alegría. Ella significa lo mismo, alma y espíritu. Pero la mención frecuente de saltar de alegría en las Escrituras implica un cierto estado de ánimo brillante y alegre en aquellos que son dignos. Por lo tanto, la Virgen se regocija en el Señor con un indecible salto (y salto) del corazón de alegría, y en el estallido en expresión de un noble afecto Sigue, en Dios mi Salvador.

TEÓFILO; Porque el espíritu de la Virgen se regocija en la eterna Deidad del mismo Jesús (es decir, el Salvador), cuya carne se forma en el seno materno por una concepción temporal.

Ambrosio; El alma de María, pues, engrandece al Señor, y su espíritu se regocija en Dios, porque con alma y espíritu devotos del Padre y del Hijo, adora con piadoso afecto al único Dios de quien proceden todas las cosas. Pero que cada uno tenga el espíritu de María, para que se regocije en el Señor. Si según la carne hay una sola madre de Cristo, sin embargo, según la fe, Cristo es el fruto de todos. Porque toda alma recibe la palabra de Dios con tal que esté inmaculada y libre de pecado, y la conserve con pureza inmaculada.

TEOFILO. Pero engrandece a Dios el que sigue dignamente a Cristo, y ahora que se llama cristiano, no disminuye la gloria de Cristo obrando indignamente, sino que hace cosas grandes y celestiales; y entonces el Espíritu (es decir, la unción del Espíritu) se regocijará, (es decir, lo hará prosperar), y no se apartará, por así decirlo, ni se le dará muerte.

ALBAHACA; Pero si alguna vez la luz se ha deslizado en su corazón, y amando a Dios y despreciando las cosas corporales, ha alcanzado la perfecta posición de los justos, sin ninguna dificultad alcanzará el gozo en el Señor.

ORIGEN; Pero el alma primero engrandece al Señor, para después regocijarse en Dios; porque a menos que primero hayamos creído, no podemos regocijarnos.

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