Comentario de Catena Aurea
Lucas 14:28-33
Ver 28. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para acabarla? 29. No sea que después que haya puesto los cimientos, y no pueda terminarla, todos los que lo vean comiencen a burlarse de él, 30. Diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo terminar. 31. ¿O qué rey, al ir a hacer la guerra contra otro rey, no se sienta primero y consulta si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? 32.
O bien, mientras el otro está aún muy lejos, envía un mensaje y desea condiciones de paz. 33. Así también, cualquiera de vosotros que no deja todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo.
GREG. Debido a que había estado dando altos y sublimes preceptos, sigue inmediatamente la comparación de construir una torre, cuando se dice: ¿Quién de vosotros que piensa construir una torre no cuenta primero, etc.? Porque cada cosa que hacemos debe estar precedida por una ansiosa consideración. Entonces, si deseamos construir una torre de humildad, primero debemos prepararnos contra los males de este mundo.
ALBAHACA; O la torre es una alta torre de vigilancia acondicionada para la vigilancia de la ciudad y el descubrimiento del acercamiento del enemigo. De la misma manera nos fue dado nuestro entendimiento para preservar el bien, para guardarnos del mal. Para la edificación de la cual el Señor nos ordena que nos sentemos y calculemos nuestros medios si tenemos lo suficiente para terminar.
GREG. NYSS. Porque debemos esforzarnos siempre hacia adelante para que podamos llegar al final de cada empresa difícil mediante aumentos sucesivos de los mandamientos de Dios, y así hasta completar la obra divina. Porque ni una sola piedra es toda la estructura de la torre, ni un solo mandato conduce a la perfección del alma. Pero debemos poner los cimientos, y según el Apóstol, sobre ellos se debe colocar oro, plata y piedras preciosas. De donde se añade: No sea que después de haber puesto los cimientos, etc.
TEOFILO. Porque no debemos poner un fundamento, es decir, comenzar a seguir a Cristo, y no poner fin a la obra, como aquellos de quienes escribe San Juan, que muchos de sus discípulos se volvieron atrás. O por fundamento entiéndase la palabra de enseñanza, como por ejemplo respecto a la abstinencia. Por lo tanto, es necesario el fundamento antes mencionado, para que el edificio de nuestras obras sea establecido, una torre de fortaleza frente al enemigo. De lo contrario, el hombre es objeto de burla por parte de quienes lo ven, tanto hombres como demonios.
GREG. Porque cuando estamos ocupados en buenas obras, a menos que nos cuidemos de los espíritus malignos, hallaremos a nuestros burladores que nos persuaden al mal. Pero se añade otra comparación que procede de lo menor a lo mayor, para que de las cosas menores se estime la mayor. Porque se sigue: ¿O qué rey, yendo a hacer la guerra contra otro rey, no se sienta primero y consulta si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
Cirilo; Porque luchamos: contra la maldad espiritual en las alturas; pero también nos oprime una multitud de otros enemigos, la lujuria carnal, la ley del pecado que ruge en nuestros miembros, y diversas pasiones, es decir, una multitud terrible de enemigos.
AGO. O los diez mil del que va a pelear con el rey que tiene veinte, significan la sencillez del cristiano a punto de enfrentarse a la astucia del demonio.
TEOFILO. El rey es el pecado que reina en nuestro cuerpo mortal; pero también nuestro entendimiento fue creado rey. Si, pues, quiere luchar contra el pecado, que lo considere con toda su mente. Porque los demonios son los satélites del pecado, los cuales siendo veinte mil, parecen sobrepasar en número a nuestros diez mil, porque siendo éstos espirituales comparados con nosotros que somos corporales, han llegado a tener mucha mayor fuerza.
AGO. Pero como con respecto a la torre inacabada, nos alarma por los reproches de los que dicen: El hombre comenzó a edificar, yo y no pude terminar, así con respecto al rey con quien había de ser la batalla, reprochó incluso la paz, agregando, O bien, mientras el otro está todavía muy lejos, envía un mensaje y desea condiciones de paz; lo que significa que aquellos que abandonan todo lo que poseen no pueden soportar las amenazas del diablo de las tentaciones aún venideras, y hacer las paces con él consintiendo que cometa pecado.
GREG. O bien, en esa terrible prueba no llegamos al juicio de un rival para nuestro rey, porque diez mil contra veinte mil, dos contra uno. Viene con un ejército doble contra uno solo. Porque mientras apenas estamos preparados en hechos solamente, él nos zarandea a la vez tanto en pensamiento como en hecho. Entonces, mientras todavía está lejos, aunque todavía presente en el juicio, no se ve, enviémosle una embajada, nuestras lágrimas, nuestras obras de misericordia, la víctima propiciatoria. Este es nuestro mensaje que apacigua al rey venidero.
AGO. Ahora bien, a qué se refieren estas comparaciones, Él en la misma ocasión explicó suficientemente, cuando dijo: Así también cualquiera de vosotros que no deja todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo. Por lo tanto, el costo de construir la torre, y la fuerza de los diez mil contra el rey que tiene veinte mil, no significa otra cosa que que cada uno deba abandonar todo lo que tiene. La introducción anterior concuerda entonces con la conclusión final.
Porque en el dicho de que el hombre abandona todo lo que tiene, está contenido también que odia a su padre y a su madre, a su esposa e hijos, a sus hermanos y hermanas, sí, y también a su propia esposa. Porque todas estas cosas son propias del hombre, que lo enredan y le impiden obtener no esas posesiones particulares que pasarán con el tiempo, sino esas bendiciones comunes que permanecerán para siempre.
ALBAHACA; Pero la intención de nuestro Señor en el ejemplo antes mencionado no es ciertamente dar ocasión o dar libertad a nadie para que se haga o no discípulo suyo, como sí es lícito no comenzar una fundación, o no tratar de la paz, sino mostrar la imposibilidad de agradar a Dios, en medio de aquellas cosas que distraen al alma, y en las que corre el peligro de convertirse en presa fácil de las asechanzas y asechanzas del demonio.
BEDA; Pero hay una diferencia entre renunciar a todas las cosas y dejar todas las cosas. Porque es camino de pocos hombres perfectos dejar todas las cosas, es decir, dejar atrás las preocupaciones del mundo, pero es parte de todos los fieles renunciar a todas las cosas, es decir, aferrarse a las cosas del mundo. ' el mundo como por ellos no ser sostenido en el mundo.