En la mano de Jehová están las cuestiones de la vida y la muerte, la prosperidad y la adversidad. Toda la historia ilustra esta verdad. Ezequías es recordado desde las puertas de la tumba: Job es probado por la aflicción: David es sacado de los rediles para ser rey: Nabucodonosor se hunde al nivel de una bestia: Amán es degradado, Mardoqueo honrado: y el principal ejemplo de todos, Aquel que "despreciado y desechado entre los hombres", fue "muy exaltado, y se le dio un nombre que es sobre todo nombre".

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