Así dice el Señor, te he ungido. Dios que no aprobaría (ungiendo) la erección de ese trono usurpado, aprobaría la alteración. ¿O es que por este testimonio visible de la ordenación divina podría levantarse el coraje de los capitanes israelitas, para secundar el alto y audaz intento de aquel a quien vieron destinado desde el cielo para gobernar?” (Bp Hall.)

huid, y no os detengáis. Lo repentino de la llegada y partida del mensajero sin duda produciría una profunda impresión en aquellos que lo observaran.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad