Hechos 21:18

Y al día siguiente... Santiago Esta fue la recepción de la Iglesia a los misioneros retornados. Pronto se daría aviso de su llegada, y se reunirían las autoridades que en ese momento residían en Jerusalén. No había ningún Apóstol allí o San Lucas difícilmente habría dejado de mencionar el hecho, ya que él era uno de los presentes. Pablo llevó consigo a esta entrevista a todos los que habían participado en sus labores, para que la obra de ellos, así como la suya propia, recibiera el reconocimiento de la iglesia madre de Cristo.

El Santiago aquí mencionado es el mismo que aparece reconocido como cabeza de la congregación en Jerusalén ( Hechos 12:17 ; Hechos 15:13 ). Lo más probable es que fuera uno de los hermanos de nuestro Señor. Ver nota en Hechos 12:17 .

y... presentes Estos hombres, con Santiago, formaban el gobierno de la Iglesia, y eran las personas a quienes el Apóstol naturalmente desearía dar cuenta de sus labores. En los procedimientos que siguen, la narración, como en el concilio de Jerusalén, no representa a Santiago como líder o portavoz; sólo se le menciona como la persona a la que acudían especialmente los misioneros. El consejo dado a San Pablo está redactado en plural, como si los ancianos lo hubieran dado conjuntamente.

Y… los saludó El verbo se usa tanto para los saludos de despedida como para los de llegada, y estos en Oriente eran de un carácter mucho más formal que el habitual en los países occidentales.

declaró particularmente qué cosas . Más literalmente (con Rev. Ver.) , " repasó una por una las cosas que ". Tal narración debe haber consumido mucho tiempo, aunque San Lucas, habiendo dado previamente un bosquejo de lo que había hecho el Apóstol, omite aquí cualquier discurso de San Pablo.

Dios... por su ministerio No podemos dudar, por lo que nos queda de los escritos de san Pablo, que este era el tono de todo lo que decía. Dios se había complacido en utilizarlo, y para su propia gloria había hecho efectiva la debilidad de san Pablo.