¿Sois así del todo vanos? es decir, ¿por qué me aprecian y expresan opiniones acerca de mí tan tonto? "Dos cosas sorprenden aquí", dice Dillmann, "primero, que Job se comprometiera a enseñar a los tres amigos lo que siempre habían afirmado; y segundo, que dijera lo contrario de lo que había sostenido en los capítulos 21 y 24 de la prosperidad de los impíos hasta su muerte". Una tercera cosa también podría parecer sorprendente, a saber, que Job, aunque ahora coincidía en opinión con sus amigos, les reprochara la locura.

Apropiarse de sus sentimientos y encubrir la operación llamándolos tontos no fue generoso. Sin embargo, la conexión de las dos cláusulas en este versículo implica que lo que los tres amigos habían visto del destino de los impíos (como ahora lo describe Job, vv. 13-23) debería haberles impedido llegar a tales conclusiones con respecto a el carácter de Job tal como lo habían expresado o insinuado. Obviamente, para que tal reproche fuera apropiado, debe haber una diferencia clara a la vista entre el caso de Job y el destino de los impíos.

Pero, ¿en qué radica la diferencia, en la condición presente de Job? Los tres amigos podrían disculparse si no lo percibieran. Las palabras no parecen ajustarse a la condición en la que aún se encuentra Job en la etapa de desarrollo que ha alcanzado el Poema hasta el presente.

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