disgustó a Jonás, etc. Iluminado. Fue malo para Jonás, un gran mal, y (a saber, la ira) se encendió en él . compensación Nehemías 2:10 . Está claro que la causa inmediata de la ira y la vejación de Jonás fue la preservación de Nínive y el incumplimiento de la amenaza que había sido enviado a pronunciar.

Fue la anticipación de este resultado, fundado en el carácter revelado de Dios, lo que le hizo declinar la misión al principio ( Jonás 4:2 ). Era el darse cuenta de ello lo que tanto le preocupaba ahora. Pero por qué este resultado de su misión lo afectó así, no se ha encontrado tan fácil de decidir. Algunos han pensado, pero la vista no tiene nada que elogiar, que su molestia fue puramente personal y egoísta, y que le picó la desgracia de aparecer como un falso profeta a la vista de los paganos porque sus predicciones no habían sido verificadas.

Otros con mejor exhibición de razón han atribuido a su disgusto el motivo más digno de los celos por el honor de Dios, en cuyo nombre y con cuyo mensaje había venido a Nínive, y sobre quien pensaba recaería el reproche de veleidad e inconstancia. "Conectó", escribe Calvino, "su propio ministerio con la gloria de Dios, y correctamente, porque dependía de su autoridad. Jonás, cuando entró en Nínive, no pronunció su clamor como un individuo privado, sino que profesó ser enviado por Dios.

Ahora bien, si se descubre que la proclamación de Jonás es falsa, la desgracia recaerá sobre el mismo autor de la llamada, es decir, sobre Dios. No hay duda, por lo tanto, de que a Jonás le tomó mal que el nombre de Dios fuera expuesto a los ultrajes de los paganos, como si Él aterrorizara sin causa". Sin embargo, es mucho más satisfactorio suponer que Jonás estaba disgustado porque el la misericordia de Dios debería extenderse a los paganos, y especialmente a los paganos que eran enemigos y futuros opresores de su propio pueblo, y que él mismo debería ser el mensajero de esa misericordia.

Este punto de vista coincide completamente con el espíritu exclusivo que marca la dispensación del Antiguo Testamento, mientras que resalta con audacia el espíritu liberal y católico del Nuevo Testamento, que es el objeto de inculcar en este libro.

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