El caso del ganado

Tal animal, cuando se presenta como un voto, no debe cambiarse, un mal por un bien. De lo contrario, ambos animales se dedicaron. Si el animal así presentado era "inmundo", y como tal no podía ofrecerse lícitamente a Dios, el sacerdote debía fijarle un valor en proporción a su valor, después de lo cual el dueño podía venderlo por esa suma y pagar la cantidad Pero si deseaba recuperarlo, debía pagar además la quinta parte del precio que el sacerdote había adjudicado.

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