Dichoso el pueblo que tiene tal Dios, y cuyo Rey es el vicerregente de tal Soberano. Estos versículos forman la transición a la segunda división de los Salmos, vv19 y sigs. De la alabanza de Dios es natural pasar a la felicidad de su pueblo, y de la mención del pueblo al rey que es su cabeza y su representante.

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