(5:1,2) "Por tanto" significa, "porque sois hijos de Dios, sed semejantes (imitar) a vuestro Padre". Esto no dice que debemos imitar a Cristo. Más bien, debemos imitar al Padre, quien se propuso revelar (manifestar) a Su Hijo. Así también, debemos vivir de tal manera que Cristo, que vive en nosotros, se revele al mundo que nos rodea. "Vivir" se compara aquí como equivalente a "entregarse". En otras palabras, vivir "una vida de amor" equivale a entregarse como "ofrenda y sacrificio a Dios". Ahora, eso es precisamente lo que Pablo les dijo a los creyentes en Roma: "Presentad vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional culto espiritual".

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