Isaías 15:1-9
1 Profecía acerca de Moab: “Ciertamente en una noche fue destruida y silenciada Ar-moab. Ciertamente en una noche fue destruida y silenciada Quir-moab.
2 La hijac de Dibón ha subido a los lugares altos para llorar. Moab gime por Nebo y por Medeba. Toda cabeza ha sido rapada, y toda barba rasurada.
3 En sus calles se ciñen de cilicio; todos lamentan en sus azoteas y en sus plazas, deshechos en llanto.
4 Claman Hesbón y Eleale; hasta Jahaz se oye su voz. Por eso gritan los hombres armados de Moab; el alma de cada uno desmaya.
5 “Mi corazón da gritos por Moab. Sus fugitivos se extienden hasta Zoar, hasta Eglat-selisiyá. Por la cuesta de Lujit suben con llanto; por el camino de Horonaim levantan clamor de quebranto.
6 Pues las aguas de Nimrim quedan desoladas. Ciertamente se seca la hierba; se extingue el pasto; no hay verdor.
7 Por eso, las riquezas que han adquirido y las que han almacenado, las llevan al torrente de los sauces.
8 Porque el griterío ha rodeado las fronteras de Moab; hasta Eglaim ha llegado su gemido, y hasta Beer-elim su clamor.
9 Ciertamente las aguas de Dibón se llenan de sangre; pero yo aún traeré sobre Dibón otras cosas: leones contra los fugitivos de Moab, y contra los sobrevivientes de la tierra.
El siguiente comentario cubre los capítulos 15, 16, 17 y 18.
En los capítulos 15 y 16 se juzga a Moab. Se les advierte que el trono de David será establecido, y el opresor será exterminado de la tierra. En el capítulo 17 tenemos la invasión de los ejércitos del norte, las naciones reunidas. Damasco es derrocado. Israel será como unas cuantas bayas en las ramas más altas. No obstante, mirarán a su Hacedor, y las naciones reunidas perecerán ante el poder manifestado de Dios.
El bosquejo de esta última invasión de Israel da lugar a una profecía breve pero muy clara de su condición en los últimos días, y que está contenida en el capítulo 18. Serán restaurados por medio de alguna nación poderosa, fuera de los límites [1] de sus entonces relaciones nacionales; pero Jehová se mantiene aparte de Su propia relación con ellos, aunque ordenando todas las cosas. Entonces, cuando Israel comience a retoñar como una vid en la tierra, serán entregados como presa a las naciones. Empero en aquel tiempo serán traídos como ofrenda a Jehová, y ellos mismos traerán también ofrenda.
Nota 1
Los ríos de Cus, Nilo y Éufrates.