El siguiente comentario cubre los capítulos 2, 3 y 4.

Así restablecida, Sión, el monte de Jehová, será centro de bendición y paz para todas las naciones ( Isaías 2:1-4 ). Esto pone en boca del profeta la invitación al pueblo para que venga y ande a la luz de Jehová. ¿Por qué ha abandonado a su pueblo? Porque han aprendido los caminos de los paganos.

Bien, el día de Jehová será sobre toda la gloria del hombre, y sobre todos sus ídolos. Pueden cesar del hombre, porque el propio pueblo de Dios en la tierra, el lugar de Su reposo, será juzgado y herido por su Dios (caps. 3, 4). Mas en aquel día el Renuevo de Jehová será glorioso, y será bendita la tierra. El que hiere venda las heridas introduciendo al Mesías, y por Él bendiciendo la tierra.

El remanente será santo cuando la purificación de Jerusalén haya sido consumada por el juicio y el fuego de Jehová. Jerusalén será protegida y glorificada por la manifestación de la presencia de Jehová, como el tabernáculo en el desierto. Tal es la forma en que se presenta con mucha fuerza y ​​claridad la introducción a esta profecía.

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