Salmo 33 tiene su lugar justo después del perdón del pueblo. Antes de pasar a estos salmos, observa cómo la ingenuidad del corazón que produce el perdón total conduce a esa intimidad con Dios que nos permite ser guiados por su mirada. Tenemos Su mente consigo mismo, y eso en la perfección de Su propia naturaleza en la que Él la revela. El perdón conduce a la bendición total.

En el Salmo 33 se celebra el pleno resultado de la liberación. Los rectos son llamados a regocijarse. El carácter de Jehová, Su palabra y obras, se manifiestan, y la tierra ahora está llena de Su bondad. Él es el glorioso Creador; la tierra es para temerle; todos los artificios y consejos del hombre se desvanecen ante Él; Su consejo se mantiene.

Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que ha escogido por heredad Suya Jehová es el que ha mirado a los hombres y dispuesto de todo; pero su ojo está sobre los que le temen y esperan en su misericordia. Así el gran resultado de la intervención de Jehová es presentado ante la fe del remanente, cantado como si todos hubieran venido. Los últimos tres Versículos ( Salmo 33:20-22 ) muestran la confianza que esto les produce.

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