En Salmo 5 se presenta el clamor de los piadosos, y se apela al carácter de Dios, como respondiendo necesariamente al de los piadosos, que necesita que lo escuche y juzgue a los impíos. Si los piadosos aman la piedad, ciertamente Jehová la ama; si los piadosos aborrecen la maldad, ciertamente Él la abomina. Responde al "Padre justo" del Señor en Juan 17 : sólo allí la respuesta fue el cielo; aquí, tierra la consecuencia necesaria de la diferencia de la posición de Cristo en la tierra y la del remanente.

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