Salmo 56 expresa el sentido de la enemistad amarga e implacable de los malvados, pero las lágrimas de los piadosos son puestas en el odre de Dios. Dios es reconocido como el Altísimo, el título de promesa pero no de pacto (el de pacto es Jehová); y aquí el remanente es echado fuera. Pero la palabra de Dios es un lugar seguro de confianza. Lleva la verdad de Dios como base para el alma, y ​​contiene toda la expresión de Su bondad, caminos, fidelidad e interés también en Su pueblo.

Por lo tanto, no hay temor del hombre. El alma del piadoso fue librada de la muerte; había escapado y huido, y ahora mira a Dios para que sus pies sean guardados, para que pueda caminar delante de Dios a la luz de los vivos. Como la expresión del corazón probado expulsado, pero así escapado, tiene un lugar muy claro y distinto.

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