36. Pero si alguien piensa que fue indecoroso para su virgen. Ahora dirige su discurso a los padres, que tenían hijos bajo su autoridad. Por haber escuchado las alabanzas del celibato, y haber escuchado también de los inconvenientes del matrimonio, podrían estar en duda, si era algo bueno involucrar a sus hijos en tantas miserias, por temor a que pareciera que La culpa de los problemas que les pueden suceder. Cuanto mayor es su apego a sus hijos, tanto más ansiosos ejercen miedo y precaución por su cuenta. (439) Paul, luego, con el fin de aliviarlos de esta dificultad, enseña que es su deber consultar su ventaja, exactamente como lo haría uno para a sí mismo cuando esté a su disposición. (440) Ahora todavía mantiene la distinción, que ha utilizado desde siempre, para recomendar el celibato, pero, al mismo tiempo, para dejar el matrimonio como una cuestión de elección; y no simplemente una cuestión de elección, sino un remedio necesario para la incontinencia, que no se debe negar a nadie. En la primera parte de la declaración, habla sobre la entrega de hijas en matrimonio, y declara que quienes no pecan al regalar a sus hijas en matrimonio, quienes opinan que una vida de solteros no es adecuada para ellas.

La palabra ἀσχημονεῖν (para ser indecoroso) debe tomarse como una referencia a una propiedad especial, que depende de lo que es natural para el individuo; porque hay una propiedad general, que los filósofos hacen que sea parte de la templanza. Eso pertenece por igual a todos. Hay otro, que es especial, porque una cosa se convierte en un individuo que no sería aparentemente en otra. Por lo tanto, todos deberían considerar (como observa Cicerón) cuál es la parte que la naturaleza le ha asignado. (441) El celibato será aparentemente para uno, pero no debe medirlo todo con su propio pie; (442) y otros no deben intentar imitarlo sin tener en cuenta su habilidad; porque es la imitación del mono, que está en desacuerdo con la naturaleza. Si, por lo tanto, un padre, habiendo considerado debidamente la disposición de su hija, opina que no está preparada para el celibato, que la regale en matrimonio. (443)

Por la flor de su edad se refiere a la edad de casarse. Estos abogados definen ser de doce a veinte años de edad. Paul señala, de paso, qué equidad y humanidad deben ejercer los padres al aplicar un remedio en esa tierna y resbaladiza edad, cuando la fuerza de la enfermedad lo requiere. Y requiere que sea así. En esta cláusula, entiendo que se refiere a la enfermedad de la niña, en el caso de que no tenga el don de contingencia; porque en ese caso, la necesidad la obliga a casarse. En cuanto a que Jerónimo se encargue de la expresión no peca, por maldecir el matrimonio, con miras a su menosprecio, como si no fuera una acción loable para deshacerse de una hija en el matrimonio, es bastante infantil. (444) Para Paul lo calculó lo suficiente como para eximir a los padres de la culpa, para que no consideren una cosa cruel someter a sus hijas a las vejaciones relacionadas con el matrimonio.

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