19 Somos de Dios Él deduce una exhortación de su doctrina anterior; por lo que había declarado en común sobre los hijos de Dios, ahora se aplica a aquellos a quienes les estaba escribiendo; y esto lo hizo, para estimularlos a tener cuidado con el pecado y alentarlos a repeler los comienzos de Satanás.

Dejemos que los lectores observen que es solo la verdadera fe, lo que se aplica a nosotros, por así decirlo, la gracia de Dios; porque el apóstol no reconoce a ninguno como fiel, sino a aquellos que tienen la dignidad de ser hijos de Dios. Tampoco plantea conjetura probable, como hablan los sofistas, de confianza; porque él dice que lo sabemos. El significado es que, como hemos nacido de Dios, debemos esforzarnos por demostrar, por nuestra separación del mundo y por la santidad de nuestra vida, que no hemos sido en vano llamados a tan gran honor.

Ahora, esta es una advertencia muy necesaria para todos los piadosos; porque dondequiera que vuelvan sus ojos, Satanás tiene sus atractivos preparados, por lo cual busca alejarlos de Dios. Entonces les sería difícil mantenerse en su curso, si no valoraran tanto su llamado como para ignorar todos los obstáculos del mundo. Entonces, para estar bien preparados para el concurso, se deben tener en cuenta estas dos cosas, que el mundo es malo y que nuestro llamado es de Dios.

Bajo el término mundo, el Apóstol sin duda incluye a toda la raza humana. Al decir que yace en el impío, él lo representa como estando bajo el dominio de Satanás. Entonces no hay ninguna razón por la que debamos dudar en evitar el mundo, que condena a Dios y se entrega a la esclavitud de Satanás: ni tampoco hay una razón por la que debamos temer a su enemistad, porque está alejada de Dios. En resumen, dado que la corrupción impregna toda la naturaleza, los fieles deben estudiar la abnegación; y como en el mundo no se ve nada más que maldad y corrupción, necesariamente deben ignorar la carne y la sangre para poder seguir a Dios. Al mismo tiempo, debe agregarse la otra cosa, que Dios es el que los ha llamado, que bajo esta protección pueden oponerse a todas las maquinaciones del mundo y de Satanás.

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