17 Ahora, para el Rey eterno Su asombrosa vehemencia al fin estalla en esta exclamación; porque no pudo encontrar palabras para expresar su gratitud; porque esas explosiones repentinas ocurren principalmente cuando nos vemos obligados a interrumpir el discurso, como consecuencia de ser dominados por la inmensidad del tema. ¿Y hay algo más sorprendente que la conversión de Pablo? Sin embargo, al mismo tiempo, con su ejemplo, nos recuerda a todos que nunca debemos pensar en la gracia manifestada en el llamado de Dios (27) sin ser llevado a Gran admiración.

Eterno, invisible, solo sabio Esta alabanza sublime de la gracia que Dios le había otorgado (28) traga el recuerdo de su vida anterior. ¡Cuán grande es la gloria de Dios! Esos atributos que él atribuye a Dios, aunque le pertenecen siempre, se adaptan admirablemente a la ocasión actual. El apóstol lo llama el Rey eterno, no sujeto a ningún cambio; Invisible, porque (1 Timoteo 6:16) habita en una luz inaccesible; y, por último, el Único Sabio, porque se vuelve tonto y condena como vanidad toda la sabiduría de los hombres. El conjunto está de acuerdo con esa conclusión a la que llega:

“¡Oh profundidad de las riquezas, tanto de la sabiduría como del conocimiento de Dios! ¡Qué incomprensibles son sus diseños! ¡Qué inescrutables sus caminos! (Romanos 11:33.)

Él quiere decir que la sabiduría infinita e incomprensible de Dios debe ser vista por nosotros con tal reverencia que, si sus obras superan nuestros sentidos, aún así podemos ser restringidos por la admiración.

Sin embargo, en cuanto al último epíteto Solo, es dudoso si quiere reclamar toda la gloria solo para Dios, o lo llama el único sabio, o dice que él solo es Dios. El segundo de estos significados es el que prefiero; porque estaba en perfecta armonía con su tema actual decir que la comprensión de los hombres, sea lo que sea, debe doblegarse al propósito secreto de Dios. Y sin embargo, no niego que él afirme que solo Dios es digno de toda gloria; porque, mientras esparce sobre sus criaturas, en todas las direcciones, las chispas de su gloria, toda gloria le pertenece verdadera y perfectamente a él solo. Pero cualquiera de esos significados implica que no hay gloria sino lo que le pertenece a Dios.

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