10. Disfruto de las enfermedades No hay duda de que emplea el término debilidad en diferentes sentidos; porque anteriormente aplicó este nombre a los pinchazos que experimentó en la carne. Ahora lo emplea para denotar esas cualidades externas, que ocasionan desprecio en la visión del mundo. Habiendo hablado, sin embargo, de manera general, de enfermedades de todo tipo, ahora vuelve a esa descripción particular de ellas, que le había dado la oportunidad de desviarse en este discurso general. Tengamos en cuenta, entonces, que la enfermedad es un término general, y que se comprende la debilidad de nuestra naturaleza, así como todas las señales de humillación. Ahora el punto en cuestión era la humillación externa de Paul. Continuó más allá, con el propósito de mostrar, que el Señor lo humilló en todos los sentidos, que, en sus defectos, la gloria de Dios podría brillar más resplandecientemente, lo cual, de alguna manera, está oculto y enterrado, cuando un hombre Está en una posición elevada. Ahora vuelve nuevamente a hablar de sus excelencias, que, al mismo tiempo, lo hicieron despreciable a la vista del público, en lugar de procurarle su estima y reconocimiento.

Porque cuando soy débil, es decir: "Cuanta más deficiencia haya en mí, tanto más liberalmente el Señor, desde su fuerza, me suministra todo lo que él ve que es necesario para mí". Porque la fortaleza de los filósofos no es más que contumacia, o más bien un entusiasmo loco, como los fanáticos están acostumbrados a tener. "Si un hombre desea ser verdaderamente fuerte, no se niegue a ser al mismo tiempo débil. Déjelo", le digo, "sé débil en sí mismo para que sea fuerte en el Señor". (Efesios 6:10.) Si alguien objeta, que Pablo habla aquí, no de una falla de fuerza, sino de pobreza y otras aflicciones, respondo, que todas estas cosas son ejercicios para descubrirnos nuestro propia debilidad; porque si Dios no hubiera ejercido a Pablo con tales pruebas, nunca habría percibido tan claramente su debilidad. Por lo tanto, tiene en cuenta no solo la pobreza y las dificultades de todo tipo, sino también los efectos que surgen de ellos, como, por ejemplo, un sentimiento de nuestra propia debilidad, desconfianza y humildad.

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