30. Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Primero, esto no es exageración, sino la simple verdad. En segundo lugar, no solo quiere decir que Cristo es un participante de nuestra naturaleza, sino que expresa algo más elevado (καὶ ἐμφατικώτερον) y más enfático.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad