9. Y el Señor dijo a Moisés. Dios aquí proclama que, por un símbolo manifiesto de Su gloria, hará evidente que la Ley no procedió de Moisés, sino que simplemente entregó fielmente lo que recibió del cielo; porque Dios estaba tan cubierto con la nube, como con un velo que todavía levantó sus mentes como por cierto signo de su presencia. Sobre esto fue fundada la autoridad de Moisés, que los israelitas sabían que Dios era el autor de la doctrina, de la cual él era el ministro. Y esto es especialmente digno de mención, porque de aquí deducimos que no hay otro modo de probar una doctrina, excepto por la seguridad de que no proviene de otro lugar, sino solo de Dios; y así cada mortal es llevado a su nivel, para que nadie, por excelente que sea en sabiduría, se atreva a hacer avanzar su propia imaginación. Porque si el más poderoso de los profetas, Moisés, obtuvo crédito en la Iglesia por nada más que porque llevaba los mandamientos de Dios, y solo enseñó lo que había escuchado, cuán tonto e imprudente será en los maestros, que se hunden muy por debajo él, para tratar de alcanzar un punto más alto! En resumen, este pasaje muestra que debemos creer solo en Dios, pero que al mismo tiempo debemos escuchar a los profetas, que hablaron de su boca. Además de esto, parece que Dios no deseaba obtener crédito por su siervo Moisés durante un corto período de tiempo, pero esa posteridad debería hacerle la misma reverencia incluso después de su muerte. La llamada de algunos es temporal; y puede suceder que Dios les quite el espíritu de profecía a aquellos a quienes se los ha dado; pero también se le apareció a Moisés para ratificar y, por así decirlo, consagrar la verdad de su doctrina en todas las épocas. De ahí se deduce que el brillo de la gloria de Dios, que se mostró a su pueblo antiguo en la espesa nube, aún no se ha extinguido, pero que debe iluminar las mentes de todos los piadosos, para someterse reverentemente a Moisés. Lo que sigue al final del verso es una repetición del último; porque no hubo respuesta de la gente que Moisés pudiera informar. El significado es que, aunque los israelitas habían prometido voluntariamente permanecer en el camino del deber, sin embargo, se agregó esta confirmación, como un estímulo para los que corren, que puedan proceder de manera más ágil.

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