22. Le puso por nombre Gersom. No comparto la opinión de aquellos que creen que este fue un nombre de felicitación para aliviar el dolor del destierro, sino más bien imagino que Moisés dio este nombre a su hijo, tanto para recordarse a sí mismo como a su suegro y su esposa, que buscaba una tierra diferente y que allí no era más que un peregrino. Tampoco hay objeción en su promesa a su suegro de quedarse, porque no se comprometió de tal manera como para sacudir o romper el yugo de su vocación divina. Fue simplemente una provisión en ese sentido, para que Moisés no abandonara fácilmente el hogar donde fue tan amablemente recibido. No es creíble que haya guardado silencio acerca de la causa de su exilio: en primer lugar, para evitar la sospecha de maldad y dar testimonio de su inocencia, y en segundo lugar, para proclamar el favor especial con el que Dios había honrado al pueblo de Israel. Por lo tanto, en el nombre de su hijo, se establecería un memorial incesante, que lo mantendría vivo en la esperanza de la redención; porque declara que esa tierra, en la que aparentemente había encontrado un lugar de descanso pacífico y un hogar agradable, le resultaba "extraña". No compara a Madián con Egipto, ya que era un peregrino en ambos lugares, pero dondequiera que viviera, se declaraba extranjero hasta que obtuviera la herencia que Dios le había prometido. Y, en efecto, habría sido absurdo llamar extranjera esa tierra, donde había encontrado un hogar estable, en relación con Egipto, especialmente porque el Apóstol testifica que había dejado esa tierra bajo la influencia de la fe (Hebreos 11:27.) En resumen, vemos que buscaba un medio para alimentar y al mismo tiempo testimoniar su fe cuando profesaba que era un peregrino en tierra extranjera.

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