Después de haber señalado el objetivo hacia el que debemos avanzar, nos exhorta a seguir nuestro curso, lo que hacemos, cuando nos habituamos a la autonegación. Y cuando compara entrar en reposo en un curso recto, establece caer en oposición a él, y así continúa la metáfora en ambas cláusulas, al mismo tiempo alude a la historia dada por Moisés de aquellos que cayeron en el desierto, porque se rebelaron contra Dios. (Números 26:65.) Por lo tanto, dice, después del mismo ejemplo, lo que significa que el castigo por incredulidad y obstinación está ante nosotros como en una imagen; tampoco hay duda alguna, sino que nos espera un fin similar, si se encuentra en nosotros la misma incredulidad.

Entonces, "caer" significa perecer; o hablar más claramente, es caer, no como pecar, sino como un castigo por ello. Pero la cifra corresponde también con la palabra "entrar", como con el triste derrocamiento de los padres, con cuyo ejemplo pretendía aterrorizar a los judíos.

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