6. Lo bendijo, etc. Esta es la quinta comparación entre Cristo y Melquisedec. El apóstol lo asume como un principio admitido de que cuanto menos es bendecido por lo mayor; y luego agrega que Melquisedec bendijo a Abraham: de ahí la conclusión es que cuanto menos fue Abraham. Pero en aras de fortalecer su argumento, nuevamente eleva la dignidad de Abraham; porque cuanto más glorioso es Abraham, mayor es la dignidad de Melquisedec. Para este propósito él dice que Abraham tenía las promesas; por lo cual quiere decir que fue el primero de la raza santa con quien Dios hizo el pacto de la vida eterna. De hecho, no era un honor común que Dios lo eligiera de todo lo demás para poder depositar con él el privilegio de adopción y el testimonio de su amor. Pero todo esto no fue obstáculo para que no se sometiera con toda su preeminencia al sacerdocio de Melquisedec. Por lo tanto, vemos cuán grande fue a quien Abraham dio lugar en estas dos cosas, que sufrió a sí mismo para ser bendecido por él, y que le ofreció diezmos en cuanto al vicegerente de Dios.

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