16. Se cumplió que la Escritura debería cumplirse. Debido a que Pedro habla en esta asamblea, por lo tanto, los papistas tendrán que ser el jefe de la iglesia. (57) Como si ningún hombre pudiera hablar en una asamblea de los piadosos, pero él debería ser Papa. Sí garantizamos que, como en toda asamblea, debe haber algunos que deben ser jefes, así también en esta asamblea los apóstoles atribuyeron este honor a Pedro. Pero, ¿qué hace esto a (la prueba de) su papado? Por lo tanto, diciéndoles adiós, (58) consideremos lo que el Espíritu habla en el mes de Pedro. Él dice que las necesidades de la Escritura deben haberse cumplido, para que la mente de cualquier hombre no se preocupe con esa horrible caída de Judas. Porque parecía extraño que el elegido por Cristo para una función tan excelente, cayera tan sucio al comienzo de su curso. Pedro quita esta piedra de tropiezo, cuando dice que fue predicha por la Escritura. De donde podemos reunir una advertencia muy necesaria para la práctica diaria; a saber, que debemos atribuir este honor a las profecías de las Escrituras, que son capaces de apaciguar todo el miedo que concebimos del repentino evento de las cosas. Porque no hay nada que nos moleste más que cuando nos quedamos quietos en nuestro propio sentido y comprensión, y procuramos solos y dudas, (59) que el El Señor estaría listo para curar, si es así, mantendríamos firme esta única cosa, que nada es absurdo que él haya previsto, designado y predicho, que nos haga más fuertes. Por lo tanto, Judas tampoco era excusable, porque lo que le sucedió fue anunciado, ya que se cayó, no siendo obligado por la profecía, sino solo por la malicia de su propio corazón. La oración de Pedro tiene dos partes. Porque, en primer lugar, rechaza la ofensa que las mentes piadosas podrían haber concebido en razón de la caída de Judas; de donde también recoge una exhortación para que el resto aprenda a temer a Dios. En segundo lugar, les dice que sigue siendo que elijan a otro en su lugar, lo cual demuestra mediante el testimonio de las Escrituras.

Lo que el Espíritu Santo predijo Tal clase de discursos traen mayor reverencia a las Escrituras, mientras ellos nos enseñan que David y el resto de los profetas hablaron solo como fueron dirigidos por el Espíritu Santo; para que ellos mismos no fueran los autores de sus profecías, sino el Espíritu que usaba sus lenguas como instrumento. Por lo tanto, al ver que nuestro aburrimiento es tan grande, que atribuimos menos autoridad a las Escrituras de lo que deberíamos, debemos observar diligentemente ese tipo de discursos y familiarizarnos con ellos, para que a menudo podamos recordar la autoridad de Dios para confirmar nuestra fe. Con todo.

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