23. Según lo prometido. Esta cláusula también prueba lo que ya he dicho en otra parte, que al enviar a Cristo, el Señor solo respetó su propia fidelidad y bondad; porque lo envió porque había prometido hacerlo. Y como la promesa testifica que la salvación fue gratuita, también compra no poco crédito al evangelio; porque de esto parece que Cristo no vino de repente, del cual nunca se habló nada; pero que al que se le prometió desde el principio ahora se le dio en su tiempo. Pero las promesas que Luke toca aquí son famosas y conocidas. Y eran tan comunes entre los judíos, que llamaron a Cristo comúnmente sin otro nombre que el Hijo de David, (Mateo 22:42; Mateo 15:22.) Él dijo que Jesús fue resucitado hasta Israel porque, aunque la salvación pertenece al mundo entero, fue el primer ministro de circuncisión en cumplir las promesas hechas a los padres (Romanos 15:8.) Tradujo el nombre hebreo Jesús a σωτηρ en griego. De modo que pronunció una cosa dos veces y, sin embargo, aquí no hay repetición superflua; porque tenía la intención de declarar que Cristo es realmente y que hace lo que el nombre que Dios le dio, por la voz del ángel, importa.

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