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10. Los enviaron a Berea. Por la presente, parece que el trabajo de Pablo dio fruto en poco tiempo; porque aunque los hermanos lo envían a él y a Silas, se unen a sí mismos como compañeros voluntarios a su peligro y cruzan por este deber. Pero la constancia de Pablo es increíble, porque, habiendo tenido tal experiencia de su terquedad y malicia de su nación, nunca deja de intentar si puede traer algo a Cristo, es decir, al ver que sabía que estaba atado tanto a judíos como a judíos. Gentiles, ninguna herida de los hombres podría alejarlo de su vocación. De modo que todos los siervos de Cristo deben luchar tanto con la malicia del mundo, que no se sacudan del yugo de Cristo con las heridas que les provoquen.

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