-

8. Levantaron la multitud. Vemos cuán injustamente fueron manejados los hombres santos. Debido a que no se les había otorgado un lugar para defenderse, era fácil oprimirlos, aunque eran inocentes. Vemos, asimismo, que no es nuevo que los magistrados se dejen llevar por la ira de la gente como con una tempestad, especialmente cuando la lesión afecta a los extraños y desconocidos, en cuyas manos no buscan recompensa; porque no vendrán en peligro por nada. Pues no les importa la razón o la equidad, ni escuchan el asunto, - (259) pero uno impulsa a otro sin resistencia, y todas las cosas son hecho fuera de orden, como cuando corren hacia un gran fuego. Pero sucedió, por la singular bondad de Dios, que tanto calor se mantuvo de vez en cuando; porque tan pronto como los magistrados profesen que sabrán más sobre el asunto, la multitud se apacigua; se toma la seguridad [seguridad]; y, por fin, se termina el asunto. -

" Nec suscipitur causae cognitio ", ni tienen conocimiento de la causa.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad