Comentario Biblico de Juan Calvino
Isaías 1:28
28. Y la destrucción de los transgresores Para que los hipócritas no imaginen que cualquier fruto de estas promesas les pertenece, y deben permitirse jactarse en vano, él amenaza con que lo hagan perecerá, aunque Dios redima a su Iglesia. Porque los hipócritas siempre se han mezclado con la Iglesia, y de hecho están conectados con ella de la manera más cercana; pero forman su estimación de ello desde el exterior. Todo lo que Dios promete se aplica a la vez con confianza. El apóstol les arranca esta confianza, si es que merece el nombre de confianza, que surge del orgullo y la arrogancia de una mente arrogante. Aquí debemos observar cuán gran sabiduría necesitan los maestros piadosos, que, si bien aterrorizan a los malvados por el juicio de Dios, al mismo tiempo pueden apoyar a los hombres buenos y fortalecerlos con algún consuelo, para que no puedan ser arrojados abajo y desanimado. Por otro lado, cuando se anima a los creyentes a ser la promesa de Dios, y cuando los hombres malvados se la aplican falsamente a sí mismos, y enardecen sus mentes con vana confianza, el método y el curso que debemos seguir es que no demos ocasión para que los hombres malvados se vuelvan orgullosos, ni depriman y desanimen las mentes de los piadosos; como lo hace Isaías en este pasaje. Porque mientras habla de la redención de la Iglesia, al mismo tiempo amenaza con que los pecadores, es decir, los hombres malvados, sean destruidos, para que no puedan suponer que estos actos de la bondad de Dios les pertenecen en absoluto.
Y, sin embargo, mientras pronuncia la destrucción contra los malvados, en esta comparación exhibe más plenamente el favor de Dios hacia los creyentes, lo que se ve mucho más claramente, cuando Dios permite que el reprobado perezca, pero conserva el suyo en la seguridad, como es. dijo,
Mil caerán a tu lado, y diez mil a tu diestra; pero no se te acercará. Salmo 91:7.
Además, mitiga el dolor y la angustia que la disminución del número de la Iglesia podría producir en las mentes piadosas; porque muestra que no hay otra forma de impartir salud a todo el cuerpo que eliminando su corrupción.