6. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay solidez en él. Aquí procede con la misma comparación y repite la misma afirmación; ciertamente, aquellos que explican la primera parte del verso, en referencia a los castigos, no consideran suficientemente la parte restante del contexto. Si admitimos que una nación corrompida por los vicios se compara con un cuerpo enfermo, ¿cuál es el significado de las palabras que siguen inmediatamente, que las heridas no han sido atadas o suavizadas con ungüento? Es evidente que el Profeta habla de las aflicciones por las cuales la nación casi se había desperdiciado, y que aduce esta debilidad continua como prueba de una impenitencia endurecida. Él lo llama una llaga putrefacta, de la cual la materia enferma fluye continuamente, como si alguna fuente oculta enviara perpetuamente un suministro adicional de veneno. En esta comparación, muestra que la herida es incurable, porque ese suministro no se puede detener. Todo esto se intensifica prodigiosamente al afirmar que no se han aplicado remedios; porque las tres metáforas a las que se une (no han sido cerradas, ni unidas, ni suavizadas con ungüento) tienen el mismo significado que la nación, sin ninguna esperanza de alivio, sin consuelo, sin remedio, se reduce a tal estado de angustia, que en tales castigos se muestra abiertamente la máxima severidad de Dios.

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