13. Allí crecerá el brier y la espina. Confirma el versículo anterior y explica la causa de la esterilidad y la hambruna, es decir, que los campos, que antes eran gordos y fértiles, serán incultos, desolados y estériles. Este fue un cambio de cosas espantoso; porque sabemos que ese país produjo maíz y frutas más abundantemente que otros países, no tanto por naturaleza como por la bendición de Dios; porque él había dicho: "Te daré una tierra que fluye leche y miel". (Éxodo 3:8.) Esta fue la causa de la abundancia y la fertilidad.

En la tierra de mi pueblo. Al darle este nombre, se encuentra con una objeción que de otro modo podrían haber traído, que no había razón para temer que la tierra que Dios había elegido no produciría frutos cada año; porque, aunque la bondad de Dios se extiende a toda la humanidad, fue de manera peculiar el Padre y el partidario de esa nación. Por lo tanto, era increíble que esta tierra, que había sido apartada para los hijos de Dios, estuviera cubierta de "abrojos y espinas"; y así el Profeta reprende a los judíos con más dureza, porque no solo anularon la bendición de Dios por su maldad, sino que también redujeron su ira, para estropear y desfigurar la belleza de la tierra.

Incluso en todas las casas de la alegría. La partícula כי (ki) significa incluso, aunque algunos piensan que significa "para" o "porque", "porque hay alegría en sus casas". (341) Pero esa interpretación no puede admitirse, porque בתי (bāttē,) "casas de," está en el estado de construcción. Esto me parece, por lo tanto, una ampliación de lo que había dicho ahora, y significa que esta desolación será, no solo en los rincones más extremos de la tierra, sino "incluso en las casas de la alegría", es decir, en el casas espléndidas y magníficas, que anteriormente eran las moradas del lujo más refinado. Cuando el Profeta dijo esto, fue indudablemente ridiculizado por los hombres de esa edad; los hombres ciertamente no lo escucharon en medio de esos lujos por los cuales fueron cegados. Además, se volvieron insolentes debido a las promesas de Dios, y pensaron que nunca necesitarían nada. Sin embargo, todo lo que Isaías predijo se cumplió. De este ejemplo, aprendamos a ser moderados en nuestro uso de la prosperidad y a depender de la bendición de Dios, a fin de obedecer su palabra con buena conciencia.

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