8 Porque es el día de la venganza de Jehová. Este versículo debe verse como estrechamente relacionado con los versículos anteriores, ya que señala el objeto que el Señor tiene en mente al castigar a los edomitas con tanta severidad; y ese objeto es que desea vengar a su pueblo y defender su causa. Si, por lo tanto, no hubiera asignado también esta razón, las declaraciones anteriores podrían haber parecido oscuras o inapropiadas; porque habría sido un tipo de conocimiento incierto si no consideráramos que Dios, al castigar a los hombres malvados, testifica su afecto incesante y su cuidado por preservar a su propio pueblo.

Lo que se dijo anteriormente acerca de los edomitas, sin duda, debe extenderse a los enemigos de la Iglesia, ya que todos ellos fueron incluidos por el Profeta bajo una clase particular; y, por lo tanto, en la adversidad, nuestros corazones deben ser apoyados por este consuelo: que los ataques que ahora sufrimos serán juzgados ante Dios, quien justamente reclama para sí mismo este cargo. El Profeta no solo quiere decir que está en su poder castigar a los hombres malvados siempre que lo considere apropiado, sino que reina en el cielo para castigar todo tipo de injusticia en el momento adecuado.

Pero debemos prestar atención a las palabras día y año, durante las cuales nos recuerda que Dios no duerme en el cielo, aunque por un corto tiempo no sale, sino que retrasa su venganza hasta una temporada adecuada, para que los creyentes puedan mientras tanto "Poseen sus almas con paciencia" (Lucas 21:19) y pueden dejarlo gobernar de acuerdo con su inescrutable sabiduría.

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