25. Cavaré y beberé agua. El tirano continúa alardeando de su fuerza, y amenaza con que traerá un ejército tan poderoso que por medio de sus números secará todas las fuentes y ríos. Sin embargo, cuando dice: "Con la planta de mis pies secaré todos los lagos del asedio", junto a los lagos del asedio (59) algunos entienden la fuente de Siloah, y las cisternas y estanques de los cuales los judíos asediados no podían ser privados sin ser consumidos por la sed. Y, de hecho, en la cláusula anterior parece decir que, aunque todo el país estaba seco, aún no teme la escasez de agua, porque sus vastas fuerzas militares podrán cavar pozos en abundancia. En la segunda cláusula, agrega, que tendrá a su disposición los medios para secar todas las aguas de la ciudad, a fin de matar a los judíos por sed. En resumen, quiere decir que Jerusalén será incapaz de resistir el asedio y no podrá destacarse por más tiempo, sino que deberá rendirse de inmediato. Pero mientras los hombres malvados se jactan así, Dios se sienta en el cielo, desde el cual finalmente ejecutará juicio contra ellos; porque esta narración del Profeta pretende llevarnos a considerar el estupendo juicio de Dios contra ese tirano.

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