17. Deberán retroceder. Esto nos permite ver más claramente con quién se relaciona la doctrina anterior, ya que distingue entre los adoradores de Dios y los adoradores de los ídolos. El Señor será un líder para su propio pueblo, pero, por otro lado, los que adoran a los ídolos se avergonzarán como si hubiera dicho que aquí el Señor nos da una opción, ya sea para ser salvos por su gracia o para perecer miserablemente; porque todos los que colocan su esperanza de salvación en los ídolos perecerán, pero los que confían en la palabra de Dios están seguros de la salvación; porque, aunque a menudo están muy afligidos, él no permitirá que su esperanza sea avergonzada al final, pero por el resultado demostrará que no en vano estableció esta distinción.

Y dile a una imagen fundida: Vosotros sois nuestros dioses. Es seguro que por estas dos marcas se describen todos los idólatras que ponen su esperanza en alguien más que en Dios; porque, aunque los idólatras no se inclinan ante sus ídolos, sin embargo, al unirles la divinidad, ofrecen blasfemia al Dios único y verdadero; porque la parte principal de la adoración a Dios consiste en la fe y en invocarlo, lo cual el Profeta describe aquí. Se puede preguntar: ¿Eran tan estúpidos como para decirle a una imagen: "Tú eres mi dios?" porque todas las personas supersticiosas confesaron que Dios está en el cielo y no atribuyeron abiertamente la divinidad a la madera o la piedra. Respondo, todos los idólatras atribuyen a las imágenes el poder de Dios, aunque reconocen que él está en el cielo; porque, cuando huyen a estatuas e imágenes, cuando les hacen y hacen votos, sin duda les atribuyen lo que le pertenece a Dios. Es en vano para ellos, por lo tanto, encubrir su ignorancia bajo excusas plausibles, porque consideran que la madera y la piedra son dioses, y ofrecen el mayor insulto a Dios; y, en consecuencia, el Profeta no empleó un lenguaje exagerado, ni los acusó falsamente de ser idólatras; porque es claramente testificado por sus palabras y discursos, cuando llaman a sus ídolos e imágenes dioses. Aunque no pronunciaron una palabra, su locura se manifiesta abiertamente al imaginar que no pueden alcanzar la mano o el oído de Dios sin inclinarse ante las imágenes para pronunciar sus oraciones. El objetivo de estas declaraciones es que todos puedan entender que ningún hombre será salvo, sino el que confía solo en Dios.

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