10. Regocijo Me regocijaré en Jehová. Él representa a la Iglesia como dando gracias a Dios, para convencerlos más plenamente de la verdad de lo que dijo anteriormente. Puede considerarse como (ὑποτύτωσις) una descripción viva, por la cual la cosa es, por así decirlo, pintada y puesta ante los ojos de los hombres, para eliminar toda duda; porque por naturaleza somos propensos a la desconfianza, y tan volubles, que confiamos más en los inventos de los hombres que en la palabra de Dios. En cuanto a esta forma de confirmación, hemos hablado en el capítulo 12: 1; 26: 1, y en otros pasajes.

Porque él me ha vestido. Estas cosas todavía estaban, de hecho, a una gran distancia, pero deben haber sido vistas y entendidas por los ojos de la fe; como indudablemente los ojos deberían alzarse al cielo, cuando el Profeta discuta sobre la salvación y la justicia. Aquí no se ve nada, y mucho menos los sentidos pueden percibir una felicidad tan grande, mientras que todo tiende a la destrucción. Pero debido a que incluso ahora no vemos tal belleza de la Iglesia, que es incluso despreciable a los ojos del mundo bajo el vestido repugnante de la cruz, necesitamos fe, que comprende cosas celestiales e invisibles.

Con las vestiduras de salvación. Conecta "justicia" con "salvación", porque la una no puede separarse de la otra. Las “vestimentas” y los “mantos” son metáforas bien conocidas. Es como si hubiera dicho que se les había otorgado justicia y salvación. Como el Señor otorga estos beneficios, se deduce que solo de él debemos buscarlos y esperarlos.

El me ha adornado. Se supone que la metáfora se extrae del ornamento sacerdotal; y en consecuencia hay algunos que especulan aquí sobre el sacerdocio de Cristo. Pero no creo que el Profeta haya hablado tan ingeniosamente; porque él presenta la comparación del novio y la novia (168) Antiguamente la Iglesia yacía en inmundicia y harapos, y era universalmente despreciada, como una mujer abandonada; pero ahora, después de haber sido recibida en favor de su esposo, ella brilla con un brillo increíble. Un pasaje paralelo ocurre en Oseas 2:20. Esto se logró en la venida de Cristo; pero también se nos otorga diariamente, cuando el Señor adorna a su pueblo con justicia y salvación. Pero todas estas cosas, como ya hemos dicho a menudo, se lograrán en la última venida de Cristo.

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