Él muestra más claramente en este versículo lo que acababa de decir, que no le habían enseñado desde arriba, que podía suprimir lo que había escuchado, sino que podía proclamarlo como de la boca de Dios; y, por lo tanto, se da el título honorable de Profeta, como si hubiera dicho, que vino provisto de los indudables mandamientos de Dios, y al mismo tiempo fue honrado con el cargo de Profeta; y vino así, para que nadie se atreviera a despreciar su doctrina. Ahora sigue su sermón:

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad