13. Arriba, santifique a las personas, etc. Aunque la palabra קדש tiene un significado más extenso, aunque el tema en cuestión es el expiación de la gente, no tengo dudas de que prescribe un rito formal de santificación. Quienes, por lo tanto, lo interpretan en general como equivalente a prepararse, a mi juicio, no le dan toda su fuerza. No, como ahora debían ser llevados de una manera a la presencia divina, había necesidad de purificación para que no pudieran venir mientras estaban inmundos. También se debe observar con respecto al método de santificación, que Joshua le da a la gente una purga legal. Pero aunque la ceremonia podría ser en sí misma de poca importancia, tenía una poderosa tendencia a despertar a un pueblo grosero. La ofrenda externa debe haber convertido sus pensamientos en limpieza espiritual, mientras que su abstinencia de cosas que de otro modo serían legales les recordó la pureza muy alta e inmaculada que se requería. Y están advertidos de lo que sucederá, para que cada uno sea más cuidadoso al examinarse a sí mismo. No, el Señor procede paso a paso, como si quisiera dar intervalos para el arrepentimiento; porque es imposible imaginar cualquier otra razón para descender de la tribu a la familia y llegar al individuo individual.

En todo esto vemos el monstruoso estupor de Acán. Superado tal vez por la vergüenza, dobla su descaro, y poniendo un frente audaz, duda en no insultar a su Hacedor. ¿Por qué, cuando se ve descubierto, no se presenta voluntariamente y confiesa el crimen, en lugar de persistir en su deshonra hasta que es arrastrado hacia adelante contra su voluntad? Pero tal es la justa recompensa de aquellos que se dejan cegar por el demonio. Luego, cuando primero se apoderó de su tribu y luego la de su familia, percibió claramente que la mano de Dios lo instó y lo sostuvo, ¿por qué no al menos salta adelante, y por una rendición voluntaria desprecia el castigo? ? Parece, entonces, que después de haberse endurecido en su maldad, su mente y todos sus sentidos quedaron encantados por el demonio.

Aunque Dios no saca a la luz todas las acciones culpables en el momento mismo, ni emplea siempre el sorteo para este propósito, nos ha enseñado con este ejemplo que no hay nada tan oculto como para no ser revelado a su debido tiempo. La forma de divulgación será, de hecho, diferente; pero que cada uno reflexione, por sí mismo, que las cosas que escapan al conocimiento del mundo entero no están ocultas a Dios, y que hacerlas públicas depende solo de su placer. Aunque parezca que un pecado se hubiera quedado dormido, está despierto ante la puerta y acosará al miserable hombre hasta que lo alcance y lo aplaste.

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